Hoy se habla de: El estado de Israel como riesgo existencial ✦ Three Cheers for Sweet Revenge, de My Chemical Romance ✦ La sexualización de los videojuegos en el Summer Game Fest ✦ qualia y la diferencia entre una obra inteligente y una obra que te hace sentir inteligente ✦ Bryan Danielson vs. Zack Sabre Jr, combate ocurrido en WrestleDream 2023 ✦ El fútbol como forma de disciplinamiento ✦ Y una miscelánea final~
No anheles el absoluto si no quieres convertirte en un monstruo
No recuerdo un tiempo en mi vida en que el estado de Israel no fuera una amenaza. Con sus altibajos y sus momentos silenciosos, no recuerdo un solo momento, un solo periodo más largo de unos pocos meses, donde no fuera noticiable el hecho de lo que ocurría en su territorio. No importa como fuera reportado, la realidad siempre ha sido la misma: la ocupación de Palestina no va bien y la relación con sus vecinos sólo se deteriora con el tiempo, nunca habiendo remansos de paz más largo que un puñado de semanas.
Si lo pienso fríamente, ignorando todo lo que sé de la historia del estado israelí y del movimiento sionista, es difícil concebir esa región como otra cosa que como un territorio en guerra. Un lugar de conflicto eterno alimentado por un odio primordial. Pero sabiendo lo que ocurre, incluso sin ser experto en geopolítica ni en las relaciones palestinoisraelís12, es incluso más evidente.
No creo que haya sido una sorpresa para nadie que el estado de Israel haya decidido atacar a Irán esta semana. Tampoco las excusas. Ni la victimización. Ni la doble cara que muestran cara al interior y cara al exterior. A estas alturas es notorio y sabido. Pero se ha hecho quizás más patente que en mucho tiempo que el estado de Israel es algo más que un estado genocida. Es un riesgo existencial.
Por riesgo existencial se define a cualquier amenaza que podría destruir a la humanidad en su conjunto. No importa cuál sea su forma o sus características. La muerte termonuclear del Sol es un riesgo existencial. El cambio climático es un riesgo existencial. Meteoritos no identificados que pueden estar en órbita de nuestro planeta son riesgos existenciales. La IA es un potencial riesgo existencial3. Cualquier cosa que pueda desafiar la perpetuación de la especie humana es un riesgo existencial, algo que, sin lugar a dudas, podemos decir que el estado de Israel ya es por definición.
Uno de los riesgos existenciales más evidentes que tenemos que asumir como especie es el de una guerra nuclear. Algo que está más cerca gracias a Israel y su ataque a Irán. Lo cual han hecho de forma plenamente consciente y poniendo, entre sus argumentos para el ataque, que la intención para hacerlo es evitar que desarrollen armas nucleares. Algo que parece dudoso y que, además no deja de apuntar en esa misma dirección: si Irán tiene armas nucleares, le están dando razones para usarlas; si no las tiene, le están dando razones por las que quizás debería tenerlas45.

Pero incluso si ignoramos eso, queda un enorme elefante en la habitación. Israel ha sobrepasado todos los límites éticos, morales y legales sin que nadie le haya parado los pies en favor de lo que afirman que dicen sus escrituras. ¿Quién dice que pararán nunca?
No es difícil imaginar un futuro donde Israel consigue apoderarse de todo Oriente Medio. ¿Qué les impide decidir que también debería ser suyo Egipto? ¿La península ibérica? ¿Cualquier parte de Europa donde los judíos hayan tenido una fuerte raigambre? Recordemos, esto trata de dos cosas: su interpretación de lo que consideran un derecho histórico y su interpretación interesada de unos textos religiosos. De hecho, son el pueblo elegido. Todos los demás no lo somos. ¿Qué les impide decidir que el planeta debería ser suyo y que la existencia de no-judíos no-sionistas es un error a erradicar en una cruzada global?
Suena improbable, ¿pero es imposible? No con el estado de Israel. Sería un relato de ciencia ficción si habláramos del pueblo judío o de practicantes de la religión judía, personas que solo quieren vivir sus vidas en paz, pero no cuando hablamos de un estado concreto sostenido sobre una ideología específica: el sionismo6. Un estado y una ideología que son un peligro para la humanidad y para el propio pueblo que dicen representar.
Por eso son un riesgo existencial. Porque no es difícil imaginarlos metiéndonos en una guerra nuclear. Decidiendo que la humanidad solo deben ser ellos. Porque si la Alemania nazi ya fue un riesgo existencial, ya que de haber triunfado en sus planes de forma absoluta hubiera mutilado el potencial del ser humano hasta básicamente acabar con el mismo, ¿por qué podemos decir algo diferente del estado de Israel? Especialmente cuando no nos hace falta ir tan lejos. Cuando solo hace falta ver que están viendo a ver si es posible entrar en una guerra donde, si alguien decide tirar la primera cabeza nuclear, gane quien gane, todos perdemos. Incluso ellos. ¿Pero qué define mejor un riesgo existencial que alguien que prefiere morir a que simplemente no sea todo como él desea?
Siento pavor cuando un grupo decide hacer un nuevo Mix de uno de sus discos. En el caso de Three Cheers for Sweet Revenge no ha sido el caso. ¿Por qué? Porque lo necesitaba. El original era muy guarro, muy punk, para lo que era un disco muy sassy y teatral que sí, le sentaría bien a un disco como I Brought You My Bullets, You Brought Me Your Love, pero que aquí hacía deslucir el conjunto. Mucho más límpio, pudiendo apreciar mejor detalles en guitarras y percusiones, no será una gran diferencia para la mayoría de personas, pero para quien lo sea. Oh, boy. Menudo viaje de nuevo mix.
El sexo es cultura (la sexualización no)
Durante la doritada, el Summer Game Fest para quienes no estén al tanto del neologismo, noté una tendencia muy obvia y preocupante. Culos. Tetas. Sexualización femenina por todas partes. Esto se explica porque como Geoff no tiene nada que enseñar, quienes se acercan para poner dinero para aparecer allí son quienes buscan el impacto más fácil y barato, y esa gente tiene claro que el impacto más fácil y barato se consigue con el sexo. Pero eso no quita para que sea una tendencia alarmante. Aunque sobre todo, es una tendencia aburrida.
No tengo ningún problema con el sexo en la cultura. Al revés. Tengo un problema con que no haya más. Creo que el sexo es una parte central de la vida y el oscurantismo con el que se le trata perjudica, no favorece, a la cultura. Incluyendo permitiendo a esta clase de sujetos explotarlo de la forma más pueril posible.
Porque ese es el problema de todo lo que vimos durante el evento de Geoff. Había culos y tetas, pero estaba todo objetificado de tal forma que era todo canónico, simple y masculinizado7. No había nada interesante o inherentemente sexual. Eran, como miles de feministas se han encargado de recordar durante décadas, pero parece que hay que recordar una vez más, fantasías de poder. Las cuales no tenían ninguna relación con el sexo, más allá de sexualizar a los personajes como un modo de crear un estatus en el mundo para ellas menor que el de los hombres. Convertirlas en mercancía.
Es interesante comparar todos estos videojuegos, claramente afiliados con el Gamer Gate o como mínimo, que miran a otro lado con el mismo, con otro juego que se presentó en otra conferencia. Durante el Future Games Show se presentó un juego llamado WTF: Waitu Tactical Force. Y su trailer era este.
La diferencia es evidente. Para empezar, por la muy evidente fetichista connotación de todo lo que ocurre durante el trailer. Comenzar con una chica anime tetona en uniforme de maid paramilitar en una habitación repleta de armas de asalto, todo ello con una estética kawaii no es lo que quiere tu pajero medio. Es lo que quiere una clase de persona muy concreta que ni siquiera se va a avergonzar de sus gustos y lo que está buscando.
Las mirillas de corazones y gatitos. La estética kawaii Y2K. Los diseños paramilitares-pero-urbanos. El énfasis en el movimiento y en el posicionamiento. El drum&bass atmosférico con elementos breakcore89. Este juego tiene un público tremendamente concreto en mente, donde la sexualización de sus personajes es sólo una parte específica de su premisa. Porque ahonda en todos los intereses de un nicho concreto de personas, tanto en el ámbito sexual como en el musical, el estético y el jugable que han querido aunar en una única experiencia. Haciendo un juego con ese público objetivo en mente.
Ese no es el caso de los juegos que vimos en el Summer Game Fest. Los gachas y los shooters de ambientación pseudosoviética que podrían tener cualquier otra estética, porque no pretenden contar nada con ella, utilizan el sexo como un reclamo para vender y nada más. No se integran en una cultura de ninguna clase. Porque el sexo, al final del día, es parte de la cultura.
Eso es lo más triste de todo esto. Que se nos olvida que el sexo, además de una parte inherente de la experiencia humana, es también una forma cultural. No es sólo un acto mecánico, sino también algo que, como la cocina, hemos creado toda una forma de expresión tremendamente elaborada alrededor de la misma. Pretender que sólo existe una forma de expresión en el sexo o que debemos ocultarla y que no debemos articular el sexo como una forma cultural más cuando sea apropiado10 o explorarlo de todas las formas que puedan resultar interesantes es ignorante y, potencialmente, pernicioso.
El videojuego, el cine, la literatura y cualquier otro medio puede usar el sexo. Y puede hacerlo mejor de lo que lo hace. Este terror a ser visto como depravados o provocadores es absurdo. El sexo es algo natural y una parte inherente de toda cultura humana. Usémoslo más, mejor y de forma más consciente, no menos. No dejemos que El Doritos y su cohorte de bufones, gamergaitas que no entienden el sexo más que como una fantasía de poder con la que vender, se apropien del sexo. El sexo no es sexualización: es una forma de expresión, algo inherente a los seres vivos y una forma cultural que no podemos seguir permitiendo que se apropien quienes se creen que la vida es una competición para ver quién puede convertir más cosas en objeto de marketing.
Ser inteligente no es parecerlo: es serlo
Tengo un problema con lo que la gente considera obras artísticas adultas, profundas, intelectuales o como se les quiera llamar, porque cuando la gente habla de esto siempre hablan de obras que hablan de Temas Serios. Temas difíciles, complejos, que se sienten profundos y sólo aptos para conversaciones de pipa y coñac que, por lo general, son bastante pueriles y son la clase de conversaciones que he tenido y he visto tener a la gente con quince años, con o sin consumo de drogas mediante, paseando o tumbados en la hierba de cualquier parque aleatorio. Algo que me hace muy difícil tomármelas en serio. Más aún cuando he estudiado la carrera de filosofía.
De hecho, me estomaga incluso más cuando la gente habla de arte que pretende abordar problemas filosóficos. Porque cuando la gente quiere hacer una obra filosófica, no una obra de filosofía, sino una obra de ficción o no-ficción que aborde temas filosóficos, puede hacer o bien una obra sobre filosofía o bien una obra filosóficamente cargada. ¡Son dos cosas distintas! La segunda clase de acercamiento es muy interesante —porque plantea preguntas, pero lo hace sin abandonar su función primaria, ser un objeto artístico; ejerce de experimento mental, incluso sin que nos demos cuenta—, pero el primero da caché. Te hace parecer inteligente, porque hablas de cosas profundas, incluso si por lo general las obras sobre filosofía son, en el mejor de los casos, un mal sustituto de la cosa en sí. La filosofía. Salvo que leer o hacer filosofía es más difícil que hacer o leer obras sobre filosofía.
qualia es el juego debut de CMY2K y evita caer en esta trampa porque no es un juego de filosofía, sino un juego filosóficamente cargado. Es un juego de terror existencial que se hace preguntas filosóficas, pero en ningún momento pretende instruirnos sobre filosofía. Incluso si lo hace porque formula un excelente experimento mental sobre uno de los problemas más acuciantes de la filosofía de la mente, ¿dónde nace la consciencia del yo?
Esta es una pregunta importante. ¿Cómo sé que yo soy yo? No menos importante, ¿cómo puedo saber que las experiencias que me definen son mías? También importante, ¿acaso es posible tener una relación objetiva con mi ser? Estas preguntas pueden parecer complicadas y poco importantes para nuestro día a día —al menos, hasta que tenemos una crisis existencial y buscamos quitarle importancia diciendo que es la crisis de los 40, o de los 30, para intentar fingir que es una cuestión más profunda y mucho más anclada en lo que somos—, pero son preguntas que nos sobrevuelan de forma constante. Y que qualia coge no para responder, sino para crear una experiencia no exactamente de terror tanto como de vértigo existencial.
En qualia tenemos que hacer una serie de tests donde tenemos que identificar quién es una IA de entre dos individuos dándonos respuestas a una misma pregunta. Pueden ser uno, los dos o ninguno. Acertemos o nos equivoquemos, no nos lo dirán. Si la empresa no está satisfecha con nuestro rendimiento, nos pedirán que repitamos el test. Si nos negamos, habrá consecuencias. Y hasta aquí puedo leer.
Con esto, utilizando nada más que una interfaz muy sencilla donde lo único que hacemos es hacer click en hipervínculos y en opciones prefijadas, qualia utiliza su interfaz para jugar con las posibilidades de nuestro libre albedrío, como jugadores, como individuos, mientras plantea las cuestiones que quiere plasmar sobre lo que implica la experiencia humana, la autopercepción y también, por supuesto, nuestra relación con la consciencia y la realidad. Todo ello sin arrojarnos ni una sola teoría filosófica a la cara, pero poniéndonos delante no menos de dos siglos de discusiones filosóficas, de forma implícita, en un experimento mental que acaba de un modo tremendamente satisfactorio y, para quien conozca lo suficiente de los debates, sí, ofreciendo una filiación clara sobre dónde se sitúa en el debate. Incluso si no es explícita.
qualia es la clase de juegos que demuestra las posibilidades del videojuego y lo lejos que estamos de estar siquiera rascando su superficie. Es gratuito, dura apenas una hora y no ha salido de mi mente desde que lo jugué. Es excelente como juego, pero es aún mejor como experimento mental. Pero sobre todo, demuestra algo importante: cómo las obras artísticas adultas, profundas, intelectuales o como se les quiera llamar no son las que te hacen sentir inteligente, sino las que dicen cosas inteligentes. Una diferencia que es importante que empecemos a reconocer.
¿Te gusta mi letter? ¿Temes que algún día deje de hacerla? ¿Te gustaría que hiciera MÁS? ¿Te preguntas por qué no escribo más en mi blog (falta revisar y publicar algo sobre un juego retro, la próxima entrega de la Guía de iniciación al manga y escribir sobre un juego que tendrá secuela pronto) y no he publicado aún nada de ficción (¡estoy corrigiendo el monstruo de primer relato que ya he escrito y que no sé cómo enviar sin hacer estallar tu correo!) y por qué no hubo letter durante dos semanas (mucho. trabajo.)? Pues todas esas dudas se resuelven apoyándome en mi ko-fi, lo cual me daría más tiempo para dedicarle a esto: todo lo que escribo por gusto.
A veces el wrestling son dos señores intercambiando llaves durante 20 minutos. De manera absolutamente prodigiosa. El Bryan Danielson vs. Zack Sabre Jr. de WrestleDream 2023 fue un ejemplo de todo lo que debe ser un combate entre dos maestros de la lucha técnica: cerebral, tenso y con momentos de pura burricie. Con un ritmo espectacular y demostrando porqué son considerados dos de los mejores técnicos del mundo —si es que no los dos mejores técnicos del mundo—, ahora se puede ver gratis (legalmente) en Youtube. Y no traerlo sería un insulto.
Foucault en el campo de fútbol
He sentido la tentación de empezar este texto diciendo que odio el fútbol, pero eso es mentira. Disfruto viendo fútbol con amigos que disfrutan viendo fútbol, cuando casualmente ocurre la situación, incluso si no lo sigo y no me interesa de forma particular. Lo correcto sería decir exactamente eso: no me interesa el fútbol. Y en ese no interesarme el fútbol, la sociedad ha inferido que odio el fútbol, porque la relación con el mismo se define necesariamente en la toxicidad que produce.
Esto no es culpa del fútbol. Es culpa de la gente que dice que le gusta el fútbol. El fútbol es la excusa con la que se erigen los rituales con las que se excusan comportamientos que normalmente serían sancionados; por el fútbol, se aceptan cosas que normalmente no. Nunca trata de fútbol, trata de cómo se permite a la gente comportarse cuando se habla de fútbol.
Sólo es necesario ver cómo se tratan los logros de los equipos nacionales. Nunca son logros del equipo, son logros del país. Hemos ganado el mundial. Hemos ganado la copa. Nosotros. El país. No un grupo de personas específicas. Y por eso se permiten celebraciones en plena calle que, en cualquier otra circunstancia, la policía disolvería con extrema violencia. O se aceptan como declaraciones normales gritar el orgullo patrio cuando, en cualquier otra circunstancia, se pensaría que en ese orgullo hay algo potencialmente fascista11. Pero cuando ocurre en el fútbol, no pasa nada.
¿Colonizar patios de colegio en todo momento del día en que puedan ser utilizados? ¿Hacer que más de la mitad de los telediarios giren alrededor no ya del deporte, sino de un único deporte? ¿Sospechar, atacar y dudar de cualquiera que afirme que no le guste el fútbol? Comportamientos absolutamente normalizados en nuestra sociedad que no necesito subrayar, porque son de sobra conocidos.
Porque el fútbol, en nuestra sociedad, no es de un deporte: es una forma de disciplinamiento12. Es una manera en la que se establecen jerarquías, produciendo discursos de normalidad; lo normal es que te guste el fútbol y es lo normal porque es un deporte brutal y atlético, donde siempre gana el mejor, y por eso las mujeres ni lo entienden ni lo practican ni deberían acercarse al mismo. Que todo lo anterior sea factualmente mentira no importa. Lo que importa es el relato que permite establecer esa jerarquía el subsiguiente disciplinamiento que crea desde la masculinidad.
Con esto no quiero decir que sea imposible disfrutar del fútbol. Que no haya personas que les guste genuinamente el fútbol. Al revés. Existe gente que disfruta el fútbol por lo que es13141516. Pero esas personas no son la mayoría. Para la mayoría es algo que debe gustarles y lo han asumido de tal manera que ni siquiera se planten si de verdad les gusta.
Eso es lo problemático de todo esto. Que los actos de disciplina no se aplican en una única dirección: son siempre omnidireccionales. Se aplican tanto al que los sufre como al que los aplica; que los sufre, también, incluso si es de otro modo. Es por eso también que es imposible un fútbol diferente, un fútbol mejor, tanto en lo deportivo17 como en lo social o en lo empresarial: el fútbol es como es para alimentar la rueda del disciplinamiento que ha creado. Y eso es algo que sólo se puede evitar destruyendo no sólo la fuente de ese disciplinamiento, el capital y el heteropatriarcado, sino también todo aquello que ha sido irremediablemente tocado por ello18.
Súper ultra hiper mega breves
Si quieres jugar algo, he vuelto a hacer un hilo con todas las demos que voy probando en el Next Fest de Steam.
Suelo leer a la gente hablar de la necesidad de reflejos en determinados juegos y este artículo de Kayin aclara muy bien cómo eso no es cierto: jugar bien es cosa de stack mental, no de limitaciones físicas.
Jackass es un hito cultural, guste o no, y este artículo que habla del fenómeno y su relación con la cultura trans es absolutamente imprescindible.
Joseju siempre consigue que quiera jugar a más cosas, esta vez lo ha conseguido con Noita, un juego que parece Spelunky, pero aún más demente.
Este vídeo de Digital Foundry sobre la franquicia Tokyo Xtreme Racer me va a hacer jugar a los Tokyo Xtreme Racer, o como mínimo, escuchar más música club.
Y la semana que viene… ¿quizás toque hablar de jueguicos? Es posible, pero aún no lo sé, quién sabrá~
Tampoco voy a pretender lo contrario. Sé lo suficiente para tener una opinión y actuar en consecuencia. Incluso para escribir con respecto de aquello que sé. Pero no soy un experto que pueda analizar toda la situación y cada paso que ocurra, como si tuviera un conocimiento amplio y profundo del mismo. Para eso existen personas que han estudiado el conflicto de forma pormenorizada y que no son ni los tertulianos de la tele ni los expertos de Twitter que son especialistas del tema de la semana según sea necesario para sus intereses.
También aprovecho para decir que si insisto en hablar del estado de Israel, no de Israel, es para evitar lecturas capciosas. Critico lo que hace el estado, no su pueblo, muchísimo menos la totalidad del pueblo judío. Incluso si el pueblo de Israel, con su apoyo, debería hacer un estudio de conciencia muy intenso de las cosas que permite en un territorio en el que, nos guste o no, están afincados.
Si la IA llegara a cobrar consciencia de si misma, es un riesgo para que la humanidad siga perpetuándose. Excepto por dos motivos. La actual IA es totalmente diferente a lo que podríamos considerar inteligente, así que la consciencia es algo que le queda muy lejos. Por otra parte, podríamos considerar que una IA consciente no dejaría de ser una evolución de lo que somos como especie; nuestro legado y nuestra evolución intelectual, si es que acaso eso llega a ocurrir.
Es por eso que, ciencia ficción fatalista aparte, es absurdo pensar que la IA es, a día de hoy en un futuro próximo, nada cercano a un riesgo existencial real. Pero daba para una nota al pie bien guapa.
Al menos, en la medida en que, por lo visto, no serían atacados de tenerlas.
Algo extremadamente dudoso, por otra parte. Es el estado de Israel. Probablemente no tendría problema en condenar a la humanidad a la extinción si con eso consiguen la baza de conseguir lo que quieren. Que es de lo que voy a hablar ahora.
Porque el sionismo no respeta a los judíos, respeta solo a los otros sionistas. Y por eso cualquiera que intente achacar a los judíos lo que hace una ideología y un estado concreto, por más que se crea que engaña a alguien, lo único que está haciendo es demostrar que las ideas fascistas del siglo XX siguen tan vivas como siempre.
Con masculinizado porque la mirada era eminentemente masculina. Todo era un eye candy barato y simplón donde la reacción que se buscaba era: mira, mira, qué buena está, ¿eh? Compra, compra, compra, ¿por qué? Porque tenemos tías buenas y te mereces tías buenas.
Concretamente, la canción del trailer es Spacewave de Softboy7. Buen tema si te gusta tu drum&bass más chill sin perder lo que son las corrientes contemporáneas otakas del género.
Personalmente me gusta más cuando el género va full drill&bass/breakcore o abraza directamente el darkstep, pero entiendo que 1) ni soy generación Z 2) ni me muevo en esa clase de círculos. ¡Dejadme, pues, atesorando mis vinilos de enduser. y Bong-Ra!
No me refiero aquí que una obra sea para adultos. Los niños también tienen que conocer lo que es el sexo y cuáles son sus implicaciones, salvo que queramos que sean potenciales víctimas de los peores de nuestros pares. Aquí me refiero al hecho de que sea apropiado para lo que estamos contando.
A veces, el sexo no encaja en una historia. A veces tampoco encaja introducir cocina, costura, música o cine y eso no significa que la historia sea mejor, peor o nada al respecto de ello. Sólo significa que, literalmente, tampoco es cuestión de forzar el sexo en todo lo que hagamos. Es una cosa natural. Si en algo es natural que haya sexo, o el sexo puede abrir una dimensión diferente interesante de explorar, está bien introducirlo. Y si no, pues no.
Es fácil decir que aquí hay algo de complejo, que en otros países no les ocurre. Eso es mentira. En todos los países existe una sospecha clara e inmediata de cualquier persona que sea demasiado entusiasta con su patriotismo. Incluso en países muy inherentemente fascistas como EEUU, y a excepción de etnoestados cuya existencia se basa en la erradicación de toda humanidad que no sea la suya como Israel, se ve como problemático la excesiva exaltación del sentimiento nacional.
Por supuesto, lo que es excesiva exaltación nacional varía de país a país. Pero creer que España es el único país donde se piensa que el que es muy nacionalista peca de ser fascista, o como mínimo, conservador, es de no querer entender cómo funciona la política, el mundo o sus propias emociones.
Esto, además, en el sentido puramente foucaltiano del término. El de reducir la fuerza política de los cuerpos y maximizar su fuerza útil. Es decir, convertir a las personas en lo menos entes individuales posibles y lo más posible en robots. O mulas de carga. O pedazos de carne completamente intercambiables donde todos piensan y actúan de la misma manera, que curiosa y convenientemente, es como conviene al capital y el poder soberano.
¿Qué es disfrutar del fútbol por lo que es? No es una pregunta capciosa, aunque pueda parecerlo. Con esto me refiero a disfrutar del fútbol sin pretender extraer de algo nada ajeno al hecho de disfrutar el fútbol en sí. Como en cualquier otra disciplina, deporte, arte o forma cultural.
Generalmente, del fútbol se disfruta que gane el equipo del que eres fan. Si pierde tu equipo no disfrutas. Si empata, tampoco. O gana o el partido ha sido una fuente de sufrimiento; o en todo caso, un motivo para ejercer de hooligan socialmente sancionada. Para quien disfruta del fútbol, la pérdida o la derrota puede tener cierta importancia, pero no es tan importante como el hecho de que ha presenciado un buen partido. Que el fútbol ha sido bonito e interesante; que se ha disfrutado del partido.
Disfrutar del fútbol implica, necesariamente, desconexión del disciplinamiento. Se disfruta porque existe un placer en el hecho de estar viéndolo, no del resultado o de lo que nos permite hacer. Algo que va en contra de su uso como disciplina.
Esto también convierte al fan del fútbol de verdad en alguien potencialmente marginado. Si alguien es realmente apasionado del fútbol y ve por puro placer fútbol de segundo B de la liga turca, puede suscitar comentarios de incomprensión entre su entorno. Incluso si no serían tan agudizados, en la mayoría de casos, como si fuera un apasionado de cualquier otra disciplina.
¿Por qué ocurre esto si es fan del fútbol? De nuevo, porque a la inmensa mayoría de fans del fútbol no les gusta el fútbol. Están disciplinados en aceptar el fútbol como parte intrínseca de sus vidas y en disciplinar al resto de la sociedad del mismo modo. Disfrutar del fútbol de forma genuina, abierta y alegre está más allá de lo que entienden o pueden aceptar. Y en la mayoría de los casos, lo estaría incluso disfrutar de algo, de lo que sea, en absoluto.
Si me cabía alguna duda de que la anterior nota al pie era cierta, entre que la escribí y me he puesto a editar este texto he oído cómo se demonimaba a una persona friki, de forma despectiva, por ver un partido de fútbol de segunda división de una liga extranjera simplemente por gustarle ver fútbol. Que aun siendo consciente de que la anécdota personal no implica ninguna clase de certeza, ayuda a dar consistencia a la certeza.
El disciplinamiento busca anular lo que hay de individual en las personas. Eso incluye que las personas puedan disfrutar de las cosas. ¿Por qué? Porque un individuo con gustos particulares es difícil de controlar; porque un individuo satisfecho no consume. ¿Y qué es lo último que quiere que quieren el poder soberano y el capital? Individuos satisfechos a los que no pueden controlar.
Supongo que habrá personas en el mundo capaces de defender que el fútbol moderno es bonito e interesante y que no se ha perdido nada en los últimos 30 años a causa de la radical conversión del deporte en un circo empresarial mientras se favorece un estilo basado en el puro atleticismo. Esas personas no creo que estén entre las personas que realmente les guste el fútbol o lo hayan pensado más de treinta segundos.
Lo cual no significa destruir para siempre el fútbol, sino desmantelar las estructuras económicas, sociales y deportivas del deporte tal y como las conocemos hoy. Quizás el deporte no sobreviviría a ello. Quizás sí. Pero sería un acto necesario si queremos liberarnos y poder vivir no sólo en una sociedad más sana, sino poder aspirar también a un fútbol mejor.